El barrio judío de Venecia es una experiencia diferente a la atestada Piazza de S. Marcos y alrededores.
Soy un judío. ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos haceis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?
Esta amargo monólogo de Shylok en “El Mercader de Venecia” ilustra bien la situación de los judíos en la Europa del S. XVI en general y en Venecia en particular , discriminados y odiados a partes iguales por los cristianos de los nacientes estados europeos.
A lo largo del 1500 la persecución contra los judíos en diferentes partes de Europa alcanzaria niveles de paranoia…y muchos de ellos encontrarían lo más parecido a un hogar en el sestiere de Canareggio en Venecia
En 1516 el gobierno de la República de Venecia halló la vía mas cínica y práctica para conciliar dos intereses contrapuestos: “proteger” a la población cristiana de los judíos y seguir aprovechándose de un pueblo que había demostrado su talento en el campo de la cultura, las finanzas etc…
La solución fue la creación del ghetto o barrio judío.
Que nadie espere en su visita grandes palacios góticos como los del Gran Canal ni – obviamente – iglesias llenas de mosaicos bizantinos.
EL GHETTO NUOVO
Es un barrio encerrado en sí mismo y discretamente escondido, al que llegas casi por casualidad a traves del Ponte del Ghetto Novo
Los accesos al ghetto , al menos en su parte inicial, son por callejuelas estrechas y antiguas, deseosas de mantenerse en el anonimato.
Recordemos que el ghetto estaba enclaustrado por un muro que se cerraba de noche, custodiado por guardias, para controlar a los judíos y para evitar al mismo tiempo que la población cristiana en uno de los numerosos brotes de racismo incontrolado no saqueara el ghetto y matara a sus habitantes.
Entramos pues en el Ghetto Nuovo, la parte más antigua del barrio.
Hay hasta 5 sinagogas distintas correspondientes a los diversos grupos étnicos que se fueron instalando a partir de 1516: alemanes, orientales, italianos, españoles y portugueses de mayor a menor antiguedad.
Por desgracia no puedo enseñaros ninguna foto de las sinagogas por dentro ya que estaban cerradas cuando me pase por allí….una buena excusa para volver por Venecia 🙂
Lo más destacable es la tranquilidad – pocos turistas conocen la zona – y el orgullo con el que las pequeñas tiendas muestran sus raíces. Los tenderos son amables y estan encantados con que les hagas preguntas….y con que les compres algo.
Las plazas son amplias y los edificios más altos de lo que creo que es normal en Venecia; supongo que a los judíos les pasaba lo mismo que a los japoneses: ante la falta de suelo disponible para construir sus casas la única solución era levantarlas hacia arriba.
EL GHETTO VECCHIO
Si nos adentramos más y más subiendo al norte y atravesando un canal llegamos a la segunda sección, el Ghetto Vecchio (contra toda lógica es posterior al Ghetto Novo) .
Las viviendas disfrutan con vivos colores y sus ventanas sonrien de cara a las plazas. Sin embargo , no sé si intencionadamente , hay un siniestro recordatorio en mitad del conjunto de edificios de otros tiempos más oscuros , un toque de atención para que el viandante no olvide cuando en vez de ser un agradable barrio era una prisión encubierta.
Como colofón , si quieres escapar del agobio de los turistas y sumergirte en una experiencia diferente, una Venecia melancólica, pásate por el barrio judío de Venecia.
Texto y fotos : Mike !